Como Kenia y Seychelles evitaron el desastre del tsunami

 

Daños del tsunami en Anse Royale, Seychelles

Daños del tsunami en Anse Royale, Seychelles

© afrol News / Seychelles government
afrol News, 3 de Enero
- Al contrario de lo ocurrido en Somalia y el sur de Asia, Kenia y Seychelles evitaron miles de muertes a causa del tsunami que golpeó a las dos naciones costeras con una fuerza devastadora el pasado 26 de diciembre. Tanto la población como los turistas fueron avisados de la llegada del tsunami, a pesar de la carencia de un sistema de detección. Un pescador ha muerto en cada país.  

Una muralla de agua de unos cuatro metros de altura golpeó al archipiélago de Seychelles como resultado del maremoto originado cerca de Indonesia, a unos 5000 kilómetros de distancia. Las devastaciones en la isla de Mahé, la más poblada de Seychelles, son enormes. Victoria, la capital, quedó inundada, las áreas residenciales quedaron reducidas a ruinas, los caminos se derrumbaron y los hoteles quedaron gravemente dañados en todas las islas. Las imágenes se asemejan a las de Sri Lanka y Tailandia, aunque a una escala menor.

Hasta ahora, Seychelles está de luto por la muerte de un pescador. Ya este fin de semana, el vice presidente de Seychelles Joseph Belmont publicó una declaración, tranquilizando a los operadores turísticos europeos, diciendo que Seychelles se mantiene "segura y sana" para los turistas. "Todos los hoteles a excepción de tres en Praslin se encuentran completamente operacionales; todos los vuelos nacionales e internacionales están operando normalmente y los turistas disfrutan de sus vacaciones de una manera normal", señaló el vice presidente.

Las autoridades turísticas de Kenia fueron incluso más rápidas a la hora de tranquilizar a los turistas extranjeros sobre la seguridad en las costas de Kenia. Ya el 28 de diciembre, las autoridades de Kenia habían estado en contacto con grupos hoteleros y operadores turísticos presentes a lo largo de la costa. "Todo confirma que los recursos turísticos no presentan daños", anunciaron a través de una declaración.

La principal ciudad costera de Kenia, Mombasa, se vio afectada por el tsunami. También recursos costeros del norte y el sur, tales como Malindi, fueron gravemente dañados por la llegada del tsunami. En la vecina Somalia, el tsunami golpeó con más fuerza, acabando con la vida de al menos 200 personas y destruyendo aproximadamente 50.000 hogares. Kenia registró sólo una muerte.

El Océano Índico, en contraste con el Pacífico, no tiene un sistema de la detección de tsunamis. La pérdida de - hasta ahora - 135.000 vidas, sobre todo en el sudeste de Asia, se debe principalmente a esta carencia de un sistema de alerta. Excepto en el caso de Somalia, sin embargo, la mayoría del Océano Índico africano se libró de mayores consecuencias del desastre gracias a una improvisada advertencia de la emergencia.

El terremoto indonesio fue registrado por sismólogos de todo el mundo, e incluso el tsunami provocó que el centro de alerta estadounidense en Hawai - que coordina las alarmas en el Pacífico - se preparase para la llegada del desastre a las islas británicas de Chagos en el Océano Índico, donde EEUU cuenta con una base naval. Otras advertencias, a las autoridades en Sri Lanka, Indonesia y Tailandia, se dieron demasiado tarde o no fueron tomadas lo suficientemente en serio por las autoridades nacionales.

Mientras que las señales del desastre en Asia se hacían claras, los sismólogos de EEUU entendían rápidamente que el tsunami se dirigía hacia la costa africana. Se advirtió de ello a las embajadas americanas en Mauricio y Madagascar, que lanzaron a su vez la alarma a las autoridades nacionales de toda la región.

Sin embargo en estos países no existe ningún plan de emergencia sobre cómo reaccionar ante un tsunami - la región casi nunca ha experimentado desastres naturales de este tipo -. En Seychelles, el Comité nacional de desastres instaló inmediatamente una base de comando policial en Victoria y se difundió la alarma por todo el país.

Según el presidente de Seychelles, James Michel,, estas alarmas y mensajes de evacuación difundidos a hoteles, autoridades portuarias y buques de pesca habían ahorrado "un importante número de muertes" en Seychelles. Sin embargo, "se habían producido daños materiales" y los trabajos de reconstrucción serán costosos y difíciles de realizar.

Kenia y Tanzania fueron los dos últimos países afectados por el tsunami y las autoridades pudieron verificar el potencial devastador de la ola asesina tras la experiencia de los otros países. No había, sin embargo, ninguna infraestructura para advertir a los ciudadanos y a los numerosos turistas que se encontraban en sus costas.

Un plan de emergencia - diseñado para incidentes de menor importancia tales como derramamientos de petróleo - fue puesto inmediatamente en marcha por el ministerio de Exteriores en Nairobi, que había estado en contacto con las autoridades de las embajadas de Seychelles y EEUU. Se contactó a la autoridad portuaria de Kenia y a la marina para poner el plan en ejecución. Los medios nacionales de comunicación difundieron rápidamente la alarma y todos los buques a lo largo de la costa de Kenia fueron avisados.

La policía ordenó evacuar las playas. Donde los turistas y los habitantes locales no tomaron la advertencia en serio, la policía hizo uso de las armas para alborotar a la población y exigirles abandonar las playas. Algunos grupos de turistas fueron trasladados a varios kilómetros hacia el interior.

"En la tarde del 26 de diciembre, todos los hoteles en la costa de Kenia habían sido alertados y habían tomado las acciones necesaria para asegurar sus instalaciones y la seguridad de sus huéspedes", según las autoridades turísticas de Kenia. "Todos los turistas en los recursos costeros de Kenia se encuentran sanos y salvos. Los daños se han limitado a barcos de pesca locales, principalmente alrededor de Malindi".

Las impresionantes operaciones de emergencia en Seychelles y Kenia ahorraron probablemente centenares de vidas de ciudadanos nacionales y de turistas. Sin embargo, los grandes daños materiales no se pudieron evitar. En Kenia, los daños se concentran en las pobres comunidades pesqueras, que se han quedado sin sustento alguno.

En Seychelles, los daños en las infraestructuras fueron sustanciales y Michel ya pidió oficialmente el jueves ayuda internacional. "Las olas destruyeron puentes y barcos en las costas" según el gobierno. Además, "causaron inundaciones en Victoria y en áreas residenciales".

"El siguiente paso es comenzar a trabajar cuanto antes para reparar los daños y que la vida vuelva a la normalidad", dijo el presidente a sus ciudadanos. Mientras que se pide ayuda internacional, Seychelles también ha experimentado una oleada de solidaridad nacional. Se ha creado un fondo de emergencia nacional entre miembros de la sociedad y representantes del sector privado. El presidente Michel pidió también a la población local que donase dinero y ropa para los turistas afectados.
 

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