Un día con los 'ángeles guardianes' del Camino

 

FOTO:Gallego
Uno de los voluntarios curando las heridas de una accidentada
 
LORENA RIAL\SANTIAGO (El Correo Gallego)
 
Son las ocho y media de la mañana. Todavía demasiado temprano para ser de día. Sin embargo, el equipo de Protección Civil ya está preparado para empezar una nueva jornada de trabajo. Los voluntarios desempeñan una labor social básicamente humanitaria que tiene como objeto la "ayuda y apoyo al peregrino''. Dedican su tiempo vacacional a mejorar las condiciones del Camino.

      Manuel Martínez Ruiz, Juan Marcos Montero Otero y Manuel González Garca están de servicio desde primera hora de la mañana. Deben estar despiertos antes de que los peregrinos más madrugadores retomen su andadura hacia la ciudad compostelana. Guías, planos, botiquín... Todo tiene que estar listo cuanto antes para iniciar el socorrido encuentro con los caminantes. Actúan en el último tramo del Camino Francés. La acción altruísta de los voluntarios está sujeta a un espacio físico determinado. Esta limitación geográfica impide el acceso a ayuntamientos y albergues que no se encuentran dentro del término municipal de Santiago.

      Así, una vez ultimados los detalles y después de haber efectuado la rigurosa llamada al 112 con la que se da por iniciado el trabajo, Protección Civil se dirige al auxilio de cientos de peregrinos en su última etapa. Se trata de la fase más corta, no más de diez kilómetros, perfilada justo antes de poder divisar con gozo las torres de la Catedral.

      Respeto a la antigua Ruta

En este tramo, en el que los peregrinos todavía no se libran de los toboganes gallegos, los bosques de eucaliptos siembran el paisaje. Aunque han tenido que hacerse andaderos paralelos a las carreteras "parece que se ha respetado al máximo el trazado original'', asegura uno de los voluntarios. "Lo normal es caminar por sendas rodeadas de árboles centenarios que causan el asombro de los caminantes''. Una de las principales preocupaciones de los miembros del equipo es comprobar las perfectas condiciones del Camino. Cerciorarse de que los indicadores de las fuentes de agua no potable están bien colocados, revisar la correcta señalización de los tramos y las condiciones higiénicas o prever posibles incidencias.

      Después de supervisar la zona, utilizando como medio una de las furgonetas de uso oficial, el equipo de ayuda al peregrino decide parar en un cruce de caminos para brindar una ayuda más directa a los que se acerquen de frente en dirección Santiago. Sin entorpecer el vial, los voluntarios se dirigen a los caminantes con gratuita servicialidad, con la intención de ofrecer todas las prestaciones necesarias.

      El personal de voluntariado desenvuelve una labor de gran embergadura en el terreno de la información y el asesoramiento directo a los interesados. A través de planos y guías bastante completos la atención al peregrino es mucho más personalizada y responde a necesidades específicas de ubicación y hospedaje.

      Además son abordadas también las posibles deficiencias momentáneas del viajero. Diariamente Protección Civil llega con litros y litros de agua para saciar la sed de los caminantes que pasan por el lugar donde están estacionados. El equipo de apoyo tiene además la obligación de acudir en caso de lesión leve con el tratamiento y los cuidados pertinentes haciendo uso, si es conveniente, del material básico de primeros auxilios. Sin embargo, situaciones excepcionales requieren solicitar la colaboración del servicio de emergencias del 112.

      Manuel Martínez Ruiz asegura que el trabajo como voluntario es "muy gratificante'' porque los resultados surgen directamente del propio feedback con los peregrinos. Estos manifiestan reacciones de júbilo y de confianza cuando a su paso les salen al encuentro a los miembros de Protección Civil.

      Manuel Martínez Ruiz añade también que "los voluntarios del Camino son para muchos verdaderos embajadores de Santiago'' porque suponen el primer contacto real con la ciudad a la que aspiran sus pasos desde el comienzo de su andadura.

  
LOS DATOS
 
 

1\Intensa devoción por
el itinerario xacobeo
Cada vez son más los que se animan a cubrir el Camino de Santiago para rendir tributo al Apóstol, aunque en el calendario no cuelgue la celebración de un Año Xacobeo. De hecho, en lo que va de año han llegado a Compostela 147.069 peregrinos, según datos de la Consellería de Cultura. Esta cifra supone un incremento de 15.000 personas con respecto al mismo período de 2002. En comparación con años anteriores la diferencia es aún mayor. Entre enero y julio de 2000 hicieron el Camino de Santiago 106.384 peregrinos.

2\Julio sigue siendo
el mes más fuerte
El mes de julio es por el momento el período en el que más peregrinos han llegado a Compostela. Según datos de Cultura, fueron al menos 73.000 personas las que pernoctaron en los albergues, aunque a esta cifra hay que añadir los casi 9.000 peregrinos que tuvieron que ser alojados en carpas y polideportivos. En junio el número de caminantes fue menos de la mitad. En concreto, 31.402 personas.

3\Casi una veintena
de albergues
Desde 1997 el Camino Francés, el más transitado, ha sido reforzado con otros dos albergues, por lo que ahora ya suma 19 alojamientos para peregrinos. Una de las más reforzadas ha sido la Vía de la Plata, que pasó de dos a diez refugios en seis años.