Estudiantes de Apinguela realizan excursion de fin de curso

al mar y a la montaña

El departamento de Biología programó dos visitas en este fin de curso de 2005-2006, estas visitas se realizaron para que los estudiantes pudiesen contrastar la parte marítima de Galicia con la parte de interior de montaña.

La primera de las excursiones se realizó a la Isla de Ons, en las Rias Baixas y asistieron 47 estudiantes de 1º, 2º y 3º de ESO acompañados pro 5 profesores. Se llegó a Porto Novo, lugar donde se cogió el barco que nos llevó a la isla, llegando a la misma a las 12,30. Se estuvo en la playa hasta las 16,00, donde los jóvenes aprovecharon para tomar un baño y comer.

Se hizo un recorrido a pie por la isla de una hora de duración, hasta el Burato do Inferno. Se estuvo hasta las 19,00 horas en la isla donde además de disfrutar del paisaje, los estudiantes pudieron contemplar la flora marítima y el ecosistema marino y de litoral.

En la segunda vista, en la que también colaboró el departamento de Tecnología, los estudiantes fueron al paraje incomparable (Patrimonio de la humanidad) de Las Medulas, un lugar que se encuentra a unos 1000 metros sobre el nivel del mar, pudiendo ver el contraste del ecosistema y de la flora en comparación con el ecosistema marino. A este lugar fueron utilizando dos medios de transporte, uno el tren, (medio de transporte que muchos estudiantes nunca utilizaran) que va bordeando el río Sil y en el fueron hasta el Barco de Valdeorras, desde allí continuaron el viaje en autobús hasta Carucedo. En las Medulas pudieron ver en una visita guiada las extensas explotaciones mineras, de las que los romanos sacaron a lo largo de tres siglos, casi 1 millón de kg. de oro. Los estudiantes pudieron ver y adentrarse en las galerías (que los romanos iban destruyendo para sacar de entre la arcilla el oro "2,5-4 gramos de oro, por tonelada de tierra", además pudieron ver los canales por donde traían el agua que derrumbaba las galerías, desde el mirador de las Medulas se ven los montes del Caurel, de Ancares y toda llanura de Ponferrada, guardada por el castillo de Cornatel, del que fueron dueños hasta que pasó al Señor de Bembibre de los Condes de Lemos.